Memorial del 68 visita escuelas primarias de Tlatelolco
Por Eduardo León
Junio del 2019 fue una temporada bastante activa para el área de Mediación Educativa del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT): durante el mes visitamos cuatro planteles educativos dentro de la zona habitacional, en la delegación Cuauhtémoc, para llevar reflexiones acerca de fragmentos del Memorial del 68.
La escuela Vicenta Trujillo, Francisco Díaz Covarrubias, Francisco Medina Ascencio y el plantel Nicolás Rangel fueron las primarias públicas donde conocimos y charlamos con los estudiantes, sobre aquellas problemáticas y contextos que ocurrieron en México y el mundo durante 1968.
¿Cómo fue la experiencia al tener ese acercamiento con niños de siete, nueve u once años? Les pregunté a Humberto, Angélica, Marisol, Saúl, mediadores del CCUT. “Es chido trabajar con morrillos. Podríamos verlos con una mirada primigenia; sin embargo, ellos ya saben muchas otras cosas”, mencionó Humberto.
Angélica opinó que “es importante la mediación… que desde niños se les hable de estos temas como la libertad de expresión, de género, de contracultura. El chiste es generar experiencias simbólicas-emotivas para que después de muchos años las sigan recordando.”
Justo ese es el objetivo del equipo de Mediación Educativa: transformar el conocimiento y la información en una experiencia, en un relato que despierte recuerdos y emociones en las mentes más jóvenes. Tal como lo dijo Marisol: “los niños absorben muy rápido las cosas. Relacionan los problemas con su vida, con su familia… Las soluciones que comentan son soluciones que todos podríamos llegar a considerar.”
¿Pero cuáles problemas y por qué los pequeños los vinculan a su cotidianidad? En cada visita se diseña un recorrido que abraza los temas de contracultura, arte, libertad de expresión, construcción de identidad, luchas sociales internacionales, derechos civiles, feminismo y una cronología sobre el movimiento estudiantil en México en 1968.
Este trayecto temático-interactivo es apoyado por museografía diversa de la década de los sesenta: imágenes, fotografías, ilustraciones, gráfica y una camioneta montable son los elementos que atraen la atención de los niños. Por ejemplo, les encanta el espacio donde presentamos a los hippies, su ideología, su relación con la naturaleza y su capacidad expresiva por medio del arte psicodélico.
Ellos comparten sus gustos musicales, los espacios en donde se sienten en plena libertad, sus pasatiempos y la relación con el otro dentro y fuera del aula de clases. “Están en una edad cognitiva. La mediación es una manera de acercarlos a temas externos que funcionan para que se desarrollen mejor entre sí… Nuestro diálogo con ellos es una herramienta para que puedan expresarse”, comentó Saúl.
Precisamente es mediante este vínculo que los niños profundizan en problemáticas que han agrietado a México desde hace décadas, como la discriminación, el prejuicio, la violencia o la represión, y las identifican fácilmente al pensar en sus colonias, su escuela o hasta sus propias familias. Todos tenemos conflictos, inclusive desde una edad prematura.
Si desde pequeños llevamos con nosotros alguna inconformidad que nos gustaría externar, ¿cuál será entonces el primer paso? ¿Cómo estimular esa postura crítica y expresiva? Comentarla, plasmarla en un gran lienzo de papel y marcarla con las huellas de sus manos sumergidas en pintura podrían ser vías lúdicas para comenzar a pensar en ello.
Todos los niños que participaron en la experiencia de la mediación tuvieron la oportunidad de expresar una consigna, como si se tratase de tomar acción colectiva: volverse personas jóvenes políticamente activas y luchar para cambiar un entorno en escala de grises.
“Ya no quiero una colonia insegura”, “Quisiera convivir más con mi familia”, “No maten a los polinizadores”, “No maltraten a los animales”, “Todos somos iguales” fueron algunas problemáticas e ideas que los niños externaron y dialogaron con nosotros, espejo de las llagas sociales que se han arrastrado y sobreviven hasta ahora.
Este tipo de acercamientos con alumnos de primaria nos enseñan a mirar desde una perspectiva más libre y sincera, que como grupo de Mediación Educativa y como personas, alimentan nuestras emociones. Estoy seguro que a los niños, lo experimentado en la visita (respeto, diálogo, igualdad, lo común…) les servirá para repensar y hallar una salida de la conflictiva realidad.