Experiencia de publicación ¡Y qué rayos pasó en el 68?
Por Roberto Gámez
A veces me preguntan: “¿A qué edad comenzaste a dibujar?” Y suelo responder con otra pregunta: “¿A qué edad dejaste de dibujar?” Y es que creo que todos somos dibujantes que por circunstancias o prejuicios dejamos de hacerlo hasta llegar a un punto en el que terminamos diciendo que no sabemos dibujar.
“¡Qué rayos pasó en el 68?” Nació como una forma alternativa de llevar una historia cruda y fuerte pero real a los jóvenes. Pienso que el dibujo al igual que la música es un lenguaje universal y facilita la comprensión de un mensaje.
Durante mi estancia en el equipo de Mediación Educativa, no solía dar muchas visitas guiadas en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco; pero cuando tenía que hacerlo siempre comenzaba con una pregunta: “Jóvenes, ¿Qué pasó en el 68?” Era una manera de saber qué tan informados estaban sobre el movimiento estudiantil de aquel año.
Recordé que cierto día al dar una visita, un joven se anticipó y me preguntó con un tono realmente ávido de saber: “¡Oiga, y qué rayos pasó en el 68?” Más allá del asombro, sabía que esa experiencia me iba a servir para crear algo importante, pero en ese momento no sabía para qué.
Y un día, así sinceramente sin quererlo, sin tener una aspiración de escribir e ilustrar una publicación, se dio la oportunidad. Como si de dar una visita guiada con dibujos se tratara. En fin, no había ni porqué buscar un título para la publicación, pues no hubiera encontrado uno mejor que lo que me dijo ese chico en aquella visita guiada.
Comencé haciendo las ilustraciones y a medida que iba recopilando escena tras escena, fui contando una historia o mejor dicho reinterpretando la historia. Y eso se convirtió en lo que ahora es mi primera publicación de la cual me siento muy orgulloso y profundamente agradecido.
Todo comenzó como un ejercicio casi personal de contar algo, porque todos queremos contar algo y es tan simple como mover un lápiz. No hace falta que sean los mejores dibujos si éstos son sinceros. Con la práctica se adquiere una mejor técnica, claro, pero eso solo es una herramienta, lo importante es que te expreses.
Soy un dibujante que cree en el valor de los dibujos “mal hechos” y Mediación educativa me dio la confianza y la oportunidad de llegar a los jóvenes por medio del dibujo y eso es invaluable.
El haber tenido esta publicación en mis manos por primera vez fue sensacional; el haberlo firmado a manera de autógrafo para mis amigos bueno, ya ni te digo. Ahora siento que aporté un granito de arena en este intento por generar conciencia de nuestra historia para así ofrecer herramientas que posibiliten la construcción de ciudadanía por parte de los jóvenes a partir del dibujo.
De verdad me siento muy orgulloso de haber podido formar parte de este proyecto.