Taller de cine: memorias sobre un tiempo distinto
Por Eduardo León
Cómo olvidar aquel mes de marzo cuando todo se detuvo… la vida como la conocíamos entró en una metamorfosis; las escuelas suspendieron labores; el metro dejó de ser concurrido; las salas de cine se apagaron; cada espacio público y centro recreativo comenzó a cerrar. Con paranoia e incertidumbre nos refugiamos en nuestros espacios más seguros.
¿Y después? ¿Qué ha pasado durante este aislamiento? ¿Cómo ha cambiado nuestra percepción del tiempo? ¿Cómo podemos expresar esas experiencias a través de lo audiovisual? Mediante esas preguntas, se desarrolló el Taller de cine: memorias sobre un tiempo distinto, que proponía ver el cine como un medio de reflexión y expresión que posibilita conservar, experimentar y transformar las distintas memorias.
El taller, pensado como un espacio para crear relaciones horizontales y compartir ideas, pensamientos, inquietudes y vivencias, fue impartido en 4 sesiones (del 25 de septiembre al 16 de octubre) de manera virtual y a distancia, en el que participaron cuatro jóvenes menores de 26 años y cuya motivación fue la realización de un cortometraje de carácter autoral, libre y experimental acerca del encierro y las nuevas formas de vida y convivencia a las que nos ha orillado el confinamiento mundial.
Durante el desarrollo teórico-práctico de Memorias sobre un tiempo distinto, se repasó la historia del cine, la importancia del montaje y las vanguardias que se acercaron a las problemáticas sociales y a distintas otredades como: el cine soviético, expresionismo alemán, neorrealismo italiano, free cinema inglés; retomando el cine experimental y superochero en México que nos permitió conocer el contexto político de los 60s y el movimiento estudiantil.
La propuesta de “un cine menos perfecto y más libre” de Jonas Mekas, así como la idea de la inspiración, originalidad, creatividad y la materia prima del artista, vistas desde las perspectivas de Nietzsche, Jim Jarmusch, Luis Buñuel y Jorge Luis Borges, sirvieron para crear un diálogo introspectivo y filosófico que nos permitiera relacionarnos y hacer cine desde nuestras realidades y con lo que esté a nuestro alcance, sin olvidar la idea de concentrar emociones y experiencias en lo que sea que vayamos a filmar.
Al final del taller se realizaron cuatro propuestas audiovisuales: Descender; Durante la jacaranda, el girasol y la hojarasca; Los días, las horas, el tiempo y Cuando existía otra vez, fueron los títulos de las piezas creadas por los participantes que experimentaron particularmente con un estilo visual, con el ritmo del montaje, la narrativa, la doble exposición, el sonido y lo conceptual de la imagen para dejar una memoria y documento fílmico acerca de sus percepciones, cotidianidad, encierro físico-mental en este tiempo de sana distancia y nueva normalidad.
En este link, podrán echarles un vistazo a los cortometrajes: