Por James Oles
La parroquia de Santiago Tlatelolco es pieza clave de la Plaza de las Tres Culturas, cronológica y físicamente situada entre las pirámides restauradas de la antigua ciudad tlatelolca y las torres modernas del nuevo centro habitacional. Una primera iglesia sencilla –dedicada al apóstol Santiago el Mayor y a cargo de los franciscanos– cedió lugar a finales del siglo XVI a una nueva construcción más imponente terminada en 1608 y consagrada en 1610. Aquel edificio fue saqueado durante la guerra de Reforma y quedó abandonado hasta 1944.
La exposición 1610/3 es el último de tres proyectos curatoriales sobre las capas históricas de Tlatelolco, organizadas por el CCUT. Presentada en formato digital, analiza tres diferentes aspectos del edificio patrimonial. El primer apartado trata de su santo patrono —un supuesto aliado de los españoles en sus guerras contra los musulmanes en España y los indígenas en América— a través de un tablero que sobrevive del retablo original del siglo XVI; el segundo narra su renovación moderna a cargo del arquitecto Ricardo de Robina y del artista Mathias Goeritz a principios de los años 1960; y el tercero explora su resonancia contemporánea como sitio cargado de memoria a través de una nueva obra sonora de Lorena Mal.